Desactivar precarga

EMOCIONES: Un mundo interno por explorar

Foto principal de EMOCIONES: Un mundo interno por explorar

EMOCIONES: Un mundo interno por explorar

“Es un tristeza infinita, todo el tiempo la siento en mi pecho”

“Es como un peso que llevo en la espalda, no puedo soportarlo más”

“Gooooooooooooooooooooooooooooooooooollllllll”

Esta es nuestra realidad mental, un remolino de continuas sensaciones vibrantes de impulsos eléctricos con sustento en compuestos bioquímicos alimentados  de construcciones imaginadas probables y/o reales, reforzadas por caminitos neuronales que guardan valiosas informaciones de experiencias. Este es el nuevo avance de la ciencia y la neurociencia para mostrarnos cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos llegar a entendernos más y mejor.

El ilusorio y fáctico fenómeno que denominamos realidad es una creación mental/ experiencial fruto de la interacción entre nuestras creencias, un juego de hormonas, un curioso ejercicio del sistema endocrino con el sistema límbico y una continua acción evolutiva del cuerpo en relación con el entorno social y un misterio. Por consiguiente, estamos hechos de ideas, de sueños, de imaginarios, de experiencias, de sustancias químicas cambiantes, de herencias, de relaciones sociales y de condiciones socioculturales.

Hoy, ya sabemos que los procesos mentales son producto del itinerante juego entre naturaleza y cultura con un medio interesantísimo por el que navegamos permanentemente, que nos lleva en movimientos pendulares a la satisfacción e insatisfacción cuando nuestra capacidad de darnos cuenta está en ceros, identificable como la experiencia del Emocionar. El universo de emociones que vivimos continuamente, ese mundo oculto bajo la piel que se manifiesta en el contacto con los otros.

Esta es prácticamente una verdad revelada por la ciencia hoy: estamos permanentemente influenciados por nuestro mundo emocional; además nuestra identidad puede ser leída a partir del cómo emocionamos, con qué emocionamos y de qué forma lo hacemos. Y ojo! Porque los confeccionadores de nuestros “sueños”; el mercadeo y los creadores de necesidades innecesarias lo saben muy… muy bien.

Somos altamente vulnerables e influenciables desde nuestro mundo emocional cuando desconocemos nuestras emociones. Y está sucediendo, como sociedad, que este conocimiento no lo estamos asimilando, usando, aprovechando. El común de las personas desconoce absolutamente la capacidad que tiene de generar emociones para sí mismos y en los demás, y por ello tendemos a ser sobremanipulados por aquellos que sí conocen el poder que tiene el mundo interno Emocional.

Estar al tanto de la producción científica sobre las emociones permite cuestionar las creencias antiguas que catalogaban a unas personas como emocionales mientras otras no lo eran. Estamos re evaluando esas ideas de suponer que las “mujeres” son más emocionales que los hombres. Atrás con aquellas invenciones que dividían los rasgos de personalidad entre los emocionales y los insensibles; puesto que en este presente, con los diferentes estudios sobre el cerebro, podemos aseverar, con la certeza (cambiante) de la neurociencia, que todo el tiempo vivimos en un mundo emocional[i] social. Unas veces este mundo es más depurado por la razón, en algunas ocasiones oscila entre tensión-calma y en variadas circunstancias se manifiesta más ardiente y arrebatado.

Ahora bien, para adentrarnos aún más en la neurociencia, defino emocióncomo la reacción corporal y mental que tiene cada persona al relacionarse con otra, con un objeto o con una idea. Es esa reacción bioquímica inmediata vivida en el cuerpo que puede ser placentera o dolorosa, la cual basta para poner en alarma al individuo y disponerlo para afrontar la  situación con los medios a su alcance; y resalto que la gran mayoría de emociones se hacen más evidentes en la interacción social. Las emociones pueden ser comparadas directamente con fuerzas de la naturaleza internas que propenden por salir a través de diferentes sensaciones y comportamientos. Estos últimos varían según las pautas de aprendizaje, los esquemas aprehendidos, las experiencias vividas y los  mudables acuerdos sociales contenidos en una sociedad.

La Tristeza, la ira, el miedo, la alegría, la rabia, la ternura, son estados emocionales naturales que se culturizan, es decir, se convierten en patrones de comportamientos automatizados, con unas formas particulares de expresar las cambiantes situaciones internas. Cada una de las emociones es también una manifestación de la regulación de energía corporal tratando de estabilizar el cuerpo mismo.

Y en la vivencia contemporánea, a pesar de la detallada producción científica sobre las emociones, el gravísimo problema es que no tenemos un aprendizaje profundo que nos permita, individual y socialmente, conocerlas, reconocerlas y aprender a manejarlas, y aquí hay una excelente noticia: ¡Sí se puede aprender a manejar las emociones!. En la realidad Colombiana, como en muchos otros países, nos matamos, amenazamos, alteramos porque se desconoce el manejo y la regulación de las emociones.

Ante tal ocultamiento y desconocimiento de las realidades emocionales, propongo que el primer paso hacia un desarrollo humano en el ámbito de una Educación Emocional, consiste en comenzar a crear un ambiente pedagógico vivencial donde cada una de estas fuerzas pueda ser reconocida y valorada desde su propia autenticidad. A nivel personal es necesario comenzar a validar cada situación interna que se manifieste en el sentir, sin luchar con ello. Aprender a reconocer los límites propios; darnos cuenta que vivimos en un estado continuo de situaciones emocionales y comenzar a hacernos cargo de lo que pasa en el ámbito anímico.

Y, resalta como un fundamento, lo imprescindible de reconocer que todo ello sucede en el aprendizaje colectivo, en la interacción con los otros. En el momento que dejamos de luchar por querer ser mejores y nos entregamos al reconocimiento de nuestras necesidades internas, es ahí donde podemos construir una educación emocional genuina, auténtica, profunda y real.

Ahora, sabemos que hay una bioquímica del organismo palpitante y que en muchos momentos las reacciones son estimuladas por ideas, hechos, personas, situaciones, recuerdos y fantasías es decir por un universo Mental. Conocemos que las emociones son el medio por donde se experimenta el vivir, por tanto, es pertinente que comencemos un trabajo interno de aprender a identificar la forma que hemos construido para expresar estos impulsos, buscar mecanismos donde podamos expresar las molestias sin que éstas lleguen a ser múltiples estados conflictivos, neuróticos, creadores de distorsiones orgánicas -enfermedades-.

Aprender a relacionarse con el mundo emocional propio, sin lugar a dudas es un camino largo, que solo puede transitarse a paso lento y constante. La autognosis (autoconocimiento) emocional es un proceso liberador que permite llegar a encontrar espacios internos  justos, apropiados para no perderse en los deseos de los otros, en las compras desmedidas, en los imaginarios sociales de la perfección, de la inconformidad constante, en la lucha incesante por obtener resultados inmediatos, del desasosiego por no ser suficiente, de no tener tiempo para todo lo que se quiere… etc. Y cuando se puede habitar ese lugar interior sucede que las emociones son fuentes de poder, como cuando se navega en altamar o en marea baja. Las emociones vienen como olas y nos ayudan a llevar el viaje; no a naufragar en él.

Gracias lector /lectora por compartir este momento. Después de una respiración profunda pregúntese:  ¿qué siento en este momento?, ¿dónde siento lo que siento ( en qué parte del cuerpo) y ¿qué quiero (realmente) hacer en este instante?. Nuestra realidad mental es una creación y es posible influenciarla un poco en la manera como trabajamos nuestra propia concentración y a la vez cómo nos permitimos escuchar las voces internas, las necesidades del cuerpo, las necesidades emocionales. Los impulsos eléctricos de la mente son influenciables hasta cierto punto; el trabajo está en aprender a darnos cuenta de lo que necesitamos, para gestionar así nuestras fuerzas internas, el mundo emocional, y generar una interacción social más depurada y consciente de nuestra situación.

[i] Existen casos particulares de algunas personas con situaciones mentales que les impiden esta capacidad del emocionar, son casos-excepción.

 

Autora: Ibalhú Rodríguez

Asesoría Personalizada y de Grupos
Trabajo especializado en el Manejo de Emociones y Procesos de Transformación 

Consultas: Tel. +57 (7) 6432418 – 6943131 / Cel. +57 3162314994 

Clínica SaludDar – Somos Salud IPS S.A.S.

Calle 56 #28-41 Bucaramanga, Colombia 

www.ibalhurodriguez.co

Compartir:

Participe y comente esta publicación

¡Hola! Chatea con nosotros por WhatsApp
imagen un solo asesor
¿Cómo te podemos ayudar? Escribe tu mensaje