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5 HÁBITOS QUE CAMBIAN RADICALMENTE TU SALUD

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5 HÁBITOS QUE CAMBIAN RADICALMENTE TU SALUD

Construir un estilo de vida saludable requiere tiempo y esfuerzo, pero sobre todo, demanda atención y compromiso diario con cada uno de los ámbitos que construyen una salud holística: físico, mental, emocional y espiritual.

La mayoría de las personas centra su propósito de cambio en uno solo de estos aspectos, desconociendo que el desequilibrio en los otros afecta la integralidad de su ser y dificulta cualquier propósito de alcanzar un bienestar pleno.

A continuación, te explicaremos los 5 hábitos de vida que recomendamos priorizar para construir un estilo de vida saludable, consciente y total. 

1. Alimentación densa en nutrientes 

Los alimentos son medicina natural que puede ser utilizada para prevenir y mejorar innumerables dolencias y enfermedades. ¿Por qué? porque contienen compuestos bioactivos, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales que interactúan con el cuerpo humano y pueden influir en su función y salud.

Es por esto que en Medicina Funcional Integrativa, ponemos  la nutrición en la primera línea de tratamiento para prevenir la progresión de la enfermedad, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.

¿Cómo llevar una alimentación densa en nutrientes?

  • Consume vegetales y frutas de todos los colores, de forma que tus platos se vean como un arcoíris.
  • Adoba y sazona tus alimentos con hierbas y especies naturales como la cúrcuma, la canela, la pimienta, el laurel, el ajo, la menta, el eneldo o el jengibre entre los tantos de nuestra rica flora silvestre.
  • Varía tus fuentes de proteína para acceder a una gama más amplia de nutrientes.
  • Incluye grasas saludables en tu alimentación como aguacate, nueces, semillas, aceite de oliva, aceitunas, chía, linaza, etc.
  • Procura conocer tu ruta metabólica y requerimientos para seguir la alimentación más adecuada según tu bioindividualidad.

2. Más movimiento

Los seres humanos estamos diseñados para movernos, pues la actividad física ha sido una parte fundamental de la evolución humana.

En un principio, el movimiento era connatural al hombre puesto que era una garantía de supervivencia. Con el devenir de la tecnología y la desaparición de las fieras en los centros poblados el ser humano se hizo sedentario y con ello surgieron innumerables problemas de salud. 

Con el paso de los años la ciencia ha demostrado que la actividad física regular puede mejorar muchos aspectos de la salud, incluyendo la función cardiovascular, la salud ósea y muscular, la función cerebral y la salud emocional. 

¿Cómo optimizar el movimiento día a día?

  • Encuentra una actividad física que disfrutes y empieza a practicarla de forma regular. Por ejemplo: caminar al aire libre, andar en bicicleta, practicar algún deporte, ir a clases de baile o ir a un gimnasio.
  • Haz pausas activas cada hora durante tu jornada laboral. Levántate del escritorio, da una pequeña caminata o haz algunos estiramientos.
  • Siempre que puedas, camina en lugar de ir en carro o en bus. 
  • Usa las escalares en lugar del ascensor.
  • Saca a pasear a tu perro en lugar de pagarle a alguien para ello.
  • Sonríe, saca la lengua con frecuencia y muévela dentro de tu boca como contando todos tus dientes, masajeando la encía y la cara interna de las mejillas; tu cerebro y tu belleza te lo agradecerán inmensamente.

3. Sueño suficiente y de calidad

Durante el sueño, el cuerpo lleva a cabo una serie de procesos fisiológicos y neuroquímicos que son esenciales para la vida, La falta de sueño puede inhibir estos procesos y contribuir a una gran variedad de problemas de salud física y mental.

Una buena noche de sueño favorece la regeneración celular, la consolidación de la memoria, la eliminación de toxinas y el equilibrio hormonal, entre muchos otros beneficios.

¿Cómo optimizar el sueño?

  • Trata de acostarte y despertarte a la misma hora todos los días. Esto ayudará a regular el ritmo circadiano del cuerpo, lo que es importante para un sueño saludable.
  • Asegúrate de que tu habitación esté ordenada y limpia, y que se mantenga oscura y fresca durante la noche.
  • Evita el uso de dispositivos electrónicos desde al menos 1 hora antes de acostarte.
  • Practica técnicas de relajación antes de dormir como la meditación o la respiración consciente.
  • Procura que la última comida del día sea al menos 3 horas antes de ir a la cama, y que sea ligera.

4. Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de comprender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás, lo cual nos permite mejorar nuestro autoconocimiento y relaciones interpersonales, al tiempo que nos ayuda a manejar de una forma óptima las situaciones estresantes y tener una mayor capacidad de adaptabilidad frente al cambio.

La buena noticia es que la inteligencia emocional puede ser desarrollada y mejorada a lo largo del tiempo, a través de la práctica y el aprendizaje de habilidades emocionales específicas

¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?

  • Empieza a comunicar tus opiniones de manera directa, pero sin intentar imponerlas a los demás
  • Practica la escucha activa, en lugar de solo esperar tu turno para hablar. Esfuérzate por comprender lo que la otra persona está diciendo.
  • En situaciones de conflicto, haz una pausa de 20 segundos antes de responder acaloradamente.
  • Orienta tu lenguaje hacia la búsqueda de una solución, y no tomes decisiones impulsivas.
  • Acepta la crítica constructiva y ahonda en ella para descubrir de qué forma puede ayudarte a mejorar tus habilidades y capacidades
  • Empatiza con los demás y fortalece tu red de apoyo social.

5. Vivir desde la consciencia  

La conciencia es la capacidad de estar plenamente presentes en el momento actual, en sintonía con el entorno. La consciencia es la capacidad de estar en profunda conexión con nuestras necesidades físicas  y anhelos emocionales y espirituales reconectándonos con nuestra misión de vida y la responsabilidad que nos compromete con cada acto y cada ser que se cruza en nuestro camino de existencia.

Al ser conscientes de estas necesidades y conexiones, podemos tomar decisiones informadas y oportunas sobre nuestros hábitos de alimentación, ejercicio, sueño y relaciones, lo que en definitiva nos conducirá a una vida más saludable y plena. 

¿Cómo mejorar la conciencia?

  • Practica la atención plena, empezando por las pequeñas actividades cotidianas. Por ejemplo, al cepillarte los dientes, presta atención a cada movimiento y enfócate en las sensaciones en tu boca y cuerpo.
  • Reduce las distracciones que te apartan del momento presente. Por ejemplo, mientras comes, apaga el televisor y pon lejos tu teléfono celular.
  • Práctica la contemplación haciendo una observación cuidadosa y profunda de algún objeto (como una flor) o una situación, sin juicios ni prejuicios.
  • Al hacer ejercicio, enfócate en la conexión mente- músculo enfocando tu atención en el grupo muscular que estás trabajando y concentrándote en la sensación de tensión y contracción.
  • Practica la meditación, empezando con sesiones cortas de 5-10 minutos.

“Tu salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás carece de importancia”

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