Una intolerancia alimentaria es una reacción física que aparece debido a la incapacidad del cuerpo de digerir ciertos alimentos (o ingredientes alimentarios) y que puede abarcar una amplia gama de síntomas intestinales y extraintestinales.

A diferencia de lo que sucede con las alergias alimentarias, una intolerancia no compromete directamente al sistema inmunológico y sus síntomas se consideran más leves, aunque también pueden afectar la calidad de vida de quienes las padecen.

Aunque una intolerancia alimentaria no está asociada con anomalías estructurales del tracto digestivo, sí puede aparecer debido a la ausencia o deficiencia de enzimas necesarias para la digestión y absorción de ciertos nutrientes. 

Intolerancias alimentarias comunes

Existen diferentes alimentos que pueden desencadenar una intolerancia alimentaria, sin embargo los más comunes son:

• Lactosa (presente en lácteos)
• Gluten (presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno)
• Cafeína (presente en café, tés, bebidas energizantes, preentrenos…)
• Intolerancia al huevo
• Intolerancia a la Histamina (presente en alimentos como los tomates, los embutidos, el queso curado, el vino y el chocolate)
• Fructosa (presente en frutas, miel y vegetales)

Una intolerancia alimentaria también se puede presentar debido a ingredientes o aditivos alimentarios como el glutamato monosódico o el sorbitol.

Señales de alerta

Una intolerancia alimentaria puede manifestarse con una gran variedad de síntomas, algunos intestinales o digestivos, y otros, extradigestivos (especialmente en la piel y en el sistema respiratorio). A continuación, se enuncian los más comunes:

Digestivos

• Dolor de estómago
• Hinchazón o distensión abdominal
• Exceso de gases
• Estreñimiento
• Diarrea
• Acidez estomacal

Extradigestivos

• Dolor de cabeza
• Congestión nasal
• Irritabilidad
• Fatiga
• Acné
• Dificultad para perder peso

¿Cómo se diagnostica una intolerancia alimentaria?

Las intolerancias alimentarias comparten síntomas con otras condiciones comunes, y por ello es importante que un médico integrativo/funcional analice con detenimiento cada caso y realice las pruebas necesarias para descartar o confirmar un diagnóstico.

En SaludDar utilizamos un programa terapéutico de corto plazo conocido como Dieta de Eliminación, una herramienta de la medicina funcional que permite identificar, con bastante precisión, aquellos alimentos que están desencadenando los síntomas.

La Dieta de la Eliminación consiste, como su nombre lo indica, en eliminar por al menos 21 días aquellos alimentos conocidos por generar reacciones adversas en algunas personas. Luego de este periodo, los alimentos eliminados se reintroducen uno por uno, haciendo un monitoreo cuidadoso y controlado de los síntomas que puedan aparecer. 

¿Se puede curar una intolerancia alimentaria?

La mejor forma para evitar los síntomas asociados a una intolerancia alimentaria es identificar y evitar el consumo de los alimentos problemáticos, sin embargo esto debe ir acompañado por medidas de restauración que permitan sanar el intestino y corregir cualquier desbalance. 

Después de haber retirado los alimentos desencadenantes por un periodo de tiempo y de haber sanado su intestino, muchas personas pueden experimentar que los alimentos que alguna vez generaron síntomas desfavorables se vuelven más tolerables.

Sin embargo, esta “renovada” tolerancia a ciertos alimentos no debe considerarse una “cura” y de ninguna manera se debe abusar nuevamente de los alimentos que el cuerpo no es capaz de digerir adecuadamente.

Autoevaluación de salud digestiva

En SaludDar hemos desarrollado un cuestionario que permite establecer una aproximación al estado de salud actual de su sistema digestivo.

Diligencie el cuestionario y, según su puntaje, reciba una retroalimentación para conocer las acciones que permitirán mejorar su condición o calidad de vida:

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